viernes, 20 de mayo de 2011

Mayo de 2011

La cara de zapato que se nos ha puesto a los del 68. Es que, en el fondo, no nos creíamos que la historia continuara….. más que a peor. Y ahí están nuestros hijos, que lo han comprendido y hecho desde el primer día, dando por saco en Sol y en tantas plazas de España. ¿Dando por saco? La cara que se les debió quedar a los parisinos aquel día, y eso que aquí no hay huelga general.

Todos sabíamos, lo sabíamos, que por algún sitio tenía que estallar. Tres años de crisis, tres años de paciente esperar. De momento, más que estallar, así, literalmente, no ha hecho más que florecer. Pero claro, va a depender de lo que pase el sábado. Y la cara de zapato se nos pone de zapato negro.

No hace falta llegar al zar Nicolás en Petersbourgo, ni a Konstadt, ni a Asturias del 34: la Historia nos da las clases pertinentes, y no sólo para seguir, sino también para parar. Estoy segura de que estamos ante una oportunidad histórica de poner a cada poder en su sitio. Mucho más: de que el poder político, el único legítimo, ponga a los demás en su sitio. Con el apoyo legitimante. Y que ese es el futuro, al que ninguna mano dura va a poder frenar. La diferencia con cualquiera de los momentos anteriores de la historia es que ahora la información llega al minuto: también los apoyos, las críticas, los posicionamientos de tropas, sean estas los sindicatos de policía o las asociaciones de jueces. Quiero decir: la correlación de fuerzas de cada momento está visible en tiempo real. Hasta la de la Junta Electoral Central. (¿Quién rayos tuvo el cuajo de abstenerse? Que duerma bien!)

Está visible, en tiempo real, para los gobernantes. Para los movilizados. Para la oposición: y cuidado. Están pidiendo prohibición y mano dura, y no es la primera vez que mandan provocadores, sí, provocadores, a montarla. Si lo que una dice sirviera para algo… Toda la inteligencia de Rubalcaba, toda su prudencia y sentido de la justicia, van a ser pocas. No me gustaría estar en su piel mañana, ni contestar su teléfono hoy.

1 comentario:

  1. aquella "democracia directa" tan utópica y que al final se concretaba en acciones a menudo violentas, que ya no deben aceptarse, ahora, por fin, es algo tangible, asumible, practicable, gracias a la tecnología disponible, esa que se concreta en un simple terminal telefónico concectable a internet, un móvil, al ordenador de casa (o al de un cibercafé) y esta es una oportunidad que parece que muchos no estamos dispuestos a dejar escapar. Por supuesto habrá que contar con el ruido, con la contrainformación, con el equivalente a la demagogia que suelen emplear tantos políticos, y que en cuanto se pongan las pilas intentarán (ya lo hacen, aunque aún no han adquirido suficiente destreza técnica) emplear para contrarrestar, como China censurando Google y como Irán creando su propia red nacional que impide el acceso libre a los contenidos internacionales "salvo a empresas y bancos". Pero me parece que internet, lo digital, es una gran herramienta democrática, no sólo por sus posibilidades técnicas sino, sobre todo, por el espíritu que muchos internautas han hecho suyo, y que tiene un exponente a esos "piratas buenos" que al estilo de Wilileaks y otros, balbuceando aún, nos muestra caminos para participar activamente en los asuntos públicos a un nivel como nunca antes habís sido posible.
    Saludos, Rosa.

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